sábado, 28 de enero de 2012

Sirenidad



Desidia y al mar. Caricia
luminosa, estrtosférica, 
cúbica y a la vez esférica. 
Voluptuosa.

Irrevocable raíz del mal que osa
sostenerse en pesadillas. Tan sólo
es una estatua silente de hierbas cocidas
y algo de incienso, pero poca sal
e igual piedad. 

Aroma de aquellos que se dan importancia
jugando entre las sombras amarronadas
con las manos violentas. 

Somos yo y mi tabaco de café. 
Yo primera, pues soy yo quien lo ha fumado. 
Acaso él me consuma
si en su humo
ya no veo más que rostros 
con heridas de espadas de tinta 
vieja y sucia. 
Rostros sin rima. 

Ojos siniestros que son sueños despiertos
de la muerte de todos los elementos. 

Yo quise construir con ellos
una morada que tuviese vista al mar
así las olas me ahogaran los ojos
que igual serían salados
no como aquella estatua que eras, allí parado
mirándome desde la infinidad. 

2 comentarios:

  1. Me encanto :D
    No sabia de la existencia de este blog, ire mirando que tenes :P
    Besote Nay!


    Teo.

    ResponderEliminar
  2. leer este poema me hace pensar...jhonny...la gente esta muy loca!!!

    ResponderEliminar