martes, 16 de septiembre de 2014

Me vas a desarmar




Me vas a desarmar aunque tome mil recaudos
y camine por tu espalda mientras flotas.
Me vas a enajenar de las maneras más absurdas
y lo voy a disfrutar.

Te voy a reprochar cada segundo que me hiervas
la sangre y me congeles las palabras silenciosas. 
Te voy a desgarrar el rostro etéreo que se queda
como imagen residual en mis pupilas
y luego te pediré que no te vayas por ahora
mientras cierro la puerta de mi alma con dos llaves.

Me voy a consumir en una inútil blasfemia
 y voy a derretir las memorias de tus pasos alejándote. 
Me voy a ahogar en estas ciénagas mentales
y a jugar con tus ausencias.

Me vas a vislumbrar allí en lo oscuro, como siempre y como nunca, 
o cual si siempre hubiese estado en ese sitio que inventé.
Te vas a aparecer tan delicado y complaciente como antes
evadiendo esas locuras y tormentos que alguna vez cargué
pues siempre has sabido cómo andarme
sin perderte en mis flagelos.

Me vas a declarar incompetente ante tu brillo
y yo, como siempre, me declararé insana.
Me vas a acusar de haber deseado y no haber muerto en el intento
y yo planearé mi defensa fumando un cigarro en tu ventana.


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