viernes, 10 de julio de 2015

No hay espacio




No me tomes en serio cuando digo
que ya no hace daño.
Sé que no hay espacio para mis ojos grises
y sin embargo
continúo intentando mirarte
aunque sea de lejos
como quien no se resigna a perder
a volver al lugar que abandonó
por inundado.

No me nombres entre sonrisas
si luego mirarás hacia un costado
cuando pido entre lágrimas
un momento
de nobles abrazos
para calmar todo esto que he callado
un instante en el que estemos
aunque sea por locura
en el mismo plano.

No sé si pueda ser más tiempo
sólo la parte de mi rostro iluminado
si en presencia de los monstruos
que me acechan cada tarde
no sos más que pura niebla
sobre el adoquinado
y el recuerdo intermitente
de las vidas que dejé de lado
por vencer al llanto.

Y si a veces me vence él también
sépase que finjo que no te quiero cerca
porque sé que no hay lugar para lo lúgubre
y nunca he pedido nada a cambio.
Que cuando sea el momento de pedir
seré quien mire hacia un costado
quien se aleje entre las luces, las sombras
 y los recuerdos olvidados.


1 comentario:

  1. Me encantó, no habló de perros, ni de pulgas, pero está genial. Te felicito, escribís tan lindo, con tantos detalles, como el de la niebla sobre el adoquinado. Muy bueno (clap).
    Anita T.

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