jueves, 23 de diciembre de 2010

Señor Viceversa (retrato del retrete de Tato)

Los versos del señor Viceversa no me vienen en gana. Se me antojan molestos y ruidosos. Debe ser porque el señor Viceversa soy yo, y la verdad que mi yo se me antoja molesto y ruidoso. Siempre fui así. Creo que hay mucho odio en mí. Creo que sublimo todo lo que puedo, y aún así me harían falta cuatro o cinco tabletas de Lexotanil. Puede ser también Paracetamol para bajar la fiebre, y algo más para bajar a la realidad. Sick of it all es un medicamento? Es de venta libre?

Viceversa es mi padre y es mi tío. Ellos escriben versos como los míos, pero mejores. A veces me gritan. Son molestos y ruidosos. Pero mejores... Todos son mejores que yo. Todos los versos. Todos los molestos. Si hasta molestan mejor que yo !!! Y por supuesto sus ruidos son más limpios. No como los míos que son de muerte.

Viceversa es mi hermano. Él tiene la misma cara que yo, pero de hombre. Tenemos la misma sangre, el mismo odio, pero su odio es mejor. Ser hombre es mejor. Al menos si fuera hombre, podría "chuparme un huevo" todo, pero con propiedad!! Ni siquiera puedo decir que me chupa un huevo, pues sería anatómicamente imposible...

Viceversa es mi madre. Ella es más joven incluso que yo, y tal vez que mi hermano. Ella escribe versos también, mejores que los míos, y que los de mi tío. Publica novelas y gana fanáticos y enemigos. Creo que la persigue la mafia china, o tal vez la rusa. Me confundo, y eso que los rusos y los chinos nada que ver. Bueno, sí, el comunismo, pero después nada!! Y aun así mi madre tiene más años que su abuela. Pero su abuela está muerta, como la mía, y como mi alma. Ellas escribían versos. Mi alma también. Mi madre, ahora, se roba la autoría de ellas, pero los suyos propios son mejores.

Mi familia es mejor que yo. Todos son viceversa, menos yo, y viceversa. Todos tienen, igual que yo, ojos de paranoicos. Todos nos miramos al brindar y parecemos idiotas embelesados con las burbujas del champagne. A todos nos apasiona el andar de un espíritu en pleno vuelo. Ver a un pájaro bañarse en la mugre, y a un perro escupiendo sangre en el pavimento. Todos nos ponemos un poco a pensar a veces, pero no mucho, cosa de que no canse. Ellos piensan más que yo, porque son Viceversa. Yo en cambio no soy nada, y por eso los miro con asombro, y viceversa.

Estamos todos cansados. Los que puedan que vuelvan. Los que no, que se vayan a dormir, y viceversa. Seguiré contando cuentos de noche de brujas, y de noche de hadas. Lo malo es que no hay una noche de hadas, y la noche de brujas es importada. Pero no me importa, no me importada, no hay portada del disco de la vida, teletransportada. Lo digo en serio, y no jodas. Te vi nacer, crecer, y viceversa. Soy tu reino y vos mi carne. Y nos fundimos en un vómito terapéutico.

Extraño dejar de crecer. Extraño la realidad que parecía un sueño. Ahora es realidad, pero en vómito de gato. Las cagantinas que ha de soportar aún. No tengo ganas de salvarme. Me voy a ahogar en esta mezcla de bilis y whiskas, o tal vez era whisky. Si es Jack Daniel's mejor, al menos tendré una muerte digna. Aunque la muerte siempre es digna, y viceversa.

Todos lloramos a veces, y el llanto nos llora, porque también es el señor Viceversa. Tal como mi padre, mi tío, mi hermano, mi madre y yo. Pero el llanto es mejor que nosotros porque se evapora, y viceversa. Así estamos, anclando en la nada. Construyendo en la arena seca, solo para que luego se derrumbe, y viceversa. Así nací, con dolor de mi madre más joven. Tengo muchas, y viceversa. Ellas me tienen a mi sola...

Adios y mucha suerte. Y por si acaso, viceversa...

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