viernes, 20 de marzo de 2015

Escena de la eutanasia (parte I)



Me aterra lo que no hace daño
crecer, desvanecerme las derrotas
cómodas, detenidas en el tiempo
perecer antes de llegar a los cadalsos
que yo misma construí.

Me duele ahí donde no hay dolor
encontrarme con los rostros afables
desconfío de las sonrisas, me dan miedo
me estremezco ante un abrazo
me inmolo de no encontrar lo miserable.

Me aterra ver el sol cada mañana
suspirar, respirar, inspiración
banal. Me corrompen las manos los gestos
de bondades inesperadas.
Fagocito lágrimas y vomito redención.

Me duele anclarme al vacío
y mirar entre los espectros
sonreír en la penumbra y soslayar
que me marchito cual mortal. 
Dolor, tiempo, son conceptos.

Me siento carne del eterno quizás
si no hay mañana ¿quién me va a curar?
Tal vez esboce una sonrisa pasajera
al llegar a un instante que esté de más.

Quiero olvidar.


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