martes, 10 de marzo de 2015

Fin del medio



Soy vana hasta mis propios cuentos
personajes nuevas para cada fascinación.
Desventuras y cristales averiándome la voz
que llevo no tan dentro
que late corriendo hacia el vacío
detenido en cada gota de lluvia
que forma la tormenta con la que hoy canto
para desaparecer.

Qué infortunio saberte perplejo
ante lo infinito, lo obsceno de mi desvelo
desafío del martirio.
Me desvivo por mirarte en mi vigilia
aunque no seas tan cruel.

Se me parten los dientes mordiéndome 
los labios profanos.

Ojalá fuera quien puede flotar
por lo inefable de tu espectro
y remontarme hacia la superficie del averno
para verte retorcer los ojos
en un escándalo inmortal.

Ojalá pudiera darte un suspiro
que te calara los huesos
que te devolviera el valor de imaginar,
como yo hago para presentificarte.

Cerrar los ojos, volverte a ver.
Sonreír entre las lágrimas de lejos.

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